Seismos y fracking

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Debido al seísmo (terremoto) ocurrido el pasado 23/02/2015 con epicentro en el término municipal de Ossa de Montiel, de magnitud 5.2 y cuyos efectos más potentes se notaron, aparte de en este municipio, en las poblaciones vecinas a este municipio dentro de la provincia de Albacete. Y a la casualidad de que ha ocurrido en un territorio en el cual se está investigando actualmente la presencia de gas no convencional para cuya extracción e investigación se pretende utilizar la técnica de fracking o fractura hidráulica nos vemos en la obligación de realizar una exposición de los fenómenos sísmicos asociados a esta técnica, ya que aunque el terremoto actual es un fenómeno natural, con la técnica de fractura hidraúlica se pueden acentuar o potenciar los efectos provenientes de la sismicidad natural.

Comenzamos exponiendo en qué consiste la sismicidad o los fenómenos sísmicos definiendo la palabra terremoto como un movimiento vibratorio de la corteza terrestre originado en un punto interior (hipocentro) de donde parten las ondas vibratorias denominadas ondas sísmicas.

Antes de nada hay que decir que la corteza terrestre está formada por distintas placas que se deslizan sobre una superficie menos densa debajo de ellas.

Existen 7 placas principales en la corteza terrestre, pero las que tienen que ver con nosotros son la placa Euroasiática, que comprende Europa, Asia (menos Arabia, India e Indonesia) y la mitad orienta del Atlántico Norte; y la placa Africana, que comprende África, la mitad oriental del Atlántico Sur y la mitad occidental del Índico.

Los límites de placas corresponden con las zonas de máxima actividad sísmica y volcánica del planeta.

Los terremotos, en esencia, se pueden producir por 2 tipos de movimientos de la corteza terrestre:

  1. Zonas de subducción, en las cuales colisionan 2 placas.
  2. Grandes fallas transformantes a lo largo de las cuales dos placas se deslizan lateralmente una respecto de la otra. La fricción generada durante el deslizamiento puede provocar grandes terremotos.

En los lugares donde colisionan dos placas se produce plegamiento y metamorfismo de los materiales, acompañado de magmatismo y movimientos sísmicos.

En el caso de la Península Ibérica corresponde al choque de la placa Euroasiática con la Africana, apareciendo fenómenos sísmicos en lugares como el sur de la Península Ibérica, Italia o Marruecos.

Como resultado de la interacción de placas litosféricas, las fallas existentes generan movimientos bruscos que son los causantes de los terremotos.

Cuando se produce un terremoto, a partir de un hipocentro se generan las ondas sísmicas. Estas se propagan por los materiales y provocan una deformación elástica (eventual), volviendo después los materiales a su posición original.

Algunos terremotos se pueden deber a labores mineras que dan lugar a golpes de techo y hundimientos súbitos del terreno.

Los terremotos se clasifican en función de la localización del hipocentro en profundos (>300 km), intermedios (entre 70 y 300 km) y superficiales (<70 km).

La profundidad del foco tiene influencia en sus efectos. Los de foco superficial actúan sobre pequeñas áreas con efectos muy considerables, ya que no hay lugar a amortiguación de las ondas sísmicas. Los de foco más profundo afectan a zonas más extensas, pero sus efectos son más leves, ya que se produce una amortiguación debida a la mayor distancia recorrida por las ondas.

España es un país con actividad sísmica moderada, aunque existen zonas con un riesgo alto, que se localizan en el Pirineo y el Sureste peninsular, de donde no estamos muy lejos. Dando lugar a terremotos como el de Olot (1429) o el de Málaga, los cuales fueron muy catastróficos.

El terremoto ocurrido en Ossa de Montiel se intuye que ha ocurrido en una falla oculta o falla que no se ve en el terreno, y existe una teoría que puede deberse a una falla de 140 km de trazado lineal en superficie entre La Roda y Moral de Calatrava.

Esta correspondería a una falla inversa, generadora de relieves en el Campo de Montiel.

Mapa1. Localización de fallas y seísmos en el Campo de Montiel.

Mapa1. Localización de fallas y seísmos en el Campo de Montiel.

 

En este territorio existen a lo largo de la historia una veintena de seísmos localizables en un radio de alrededor de 10 km (Rincón, P).

La inyección de líquidos a presión que se realiza por la técnica de fractura hidráulica promueve los movimientos sísmicos.

La magnitud de los terremotos ocasionados por fracking no depende tanto de la presión del líquido inyectado como del tiempo que se ha estado realizando la actividad. La mayoría de los seísmos se producen cuando los pozos están obsoletos y hace tiempo que la empresa se ha ido.

Las zonas donde se realiza fracking son más propensas a tener terremotos que cualquier otra zona, como consecuencia de terremotos naturales lejanos o muy lejanos, tan lejanos como los producidos en Japón o Indonesia. Se producen terremotos muy lejos, y a los pocos días aparecen en zonas de fracking con menor intensidad.

Por medio del fracking se pueden generar seísmos con dos tipos de actividades en zonas tectónicamente activas (Doblás, M.), lo cual ya sabemos que ocurre en nuestro territorio:

  1. Las explosiones iniciales que se utilizan para fragmentar la roca a gran profundidad y así liberar el gas.
  2. La contínua inyección forzada de fluidos en la corteza.

Esto es la “sismicidad inducida”.

Otro problema es la “sismicidad anticipada” que puede producirse debido a la presión de los fluidos sobre la mecánica friccional de las fallas.

Si en el entorno de la explotación existiesen fallas activas sometidas a ciclos sísmicos (ciclos acumulativos de tensiones tectónicas que culminan en movimientos bruscos de la falla o terremotos, y que pueden tener periodos de recurrencia de miles de años), la sobrepresión de fluidos creada artificialmente en el subsuelo podría activar su movimiento, anticipando la ocurrencia de un terremoto, que, de otro modo, hubiera tardado siglos en producirse.

Detonada por la inyección de fluidos, una falla activa tiene, en principio, potencialidad para registrar un terremoto anticipado similar al mayor que en condiciones naturales sería capaz de producir, y que depende básicamente del tamaño de la misma.

Un ejemplo reciente en España es la sismicidad inducida y anticipada que se asocia al proyecto Castor.

Además hay que tener en cuenta que la presión de inyección del fluidos en operaciones de fracking (hasta 700 atmósferas) es muy superior a la presión de inyección de gas en el proyecto Castor (200 atmósferas), por lo que las posibilidades de modificar las tensiones naturales del subsuelo y detonar en movimiento de una falla serían mayores (Simón Gómez,J.L.).

Un estudio editado por la Asociación Americana para el Progreso de la Ciencia reclama que no se utilice fracking en zonas de riesgo. Y uno de los escenarios en los que se basa, además de los terremotos inducidos en otras partes del mundo, son los terremotos ocurridos en el centro de Oklahoma desde que se practica fracking entre 2008 y 2013, indicando que muchos movimientos se producen en zonas cercanas a pozos donde se han estado inyectando aguas residuales a presión.

El estudio indica que 4 de los pozos de fracking con inyección de aguas residuales en Oklahoma son capaces de desencadenar casi el 20% de los recientes terremotos centrales en Estados Unidos, en una zona que abarca cerca de 2000 km2.

Mientras que los técnicos hasta ahora consideraban que este fenómeno no podría extenderse más de 5 km de los pozos, se ha comprobado que el terremoto es inducido a más de 30 km de los pozos de fracking.

La zona de aumento de la presión relacionada con estos pozos se expande continuamente, lo que aumenta la probabilidad de encontrar una falla más grande y aumentar el riesgo de desencadenar un terremoto de mayor magnitud.

Hay que decir que se han producido terremotos asociados al fracking en Estados Unidos (Alabama, Arkansas, California, Colorado, Ilinois, Louisiana, Mississipi, Nebrasca, Nevada, Nuevo Mexico, Ohio, Oklahoma y Texas), Australia, Canadá, China, Dinamarca, El Salvador, Francia, Alemania, Islandia, Italia, Japón, Kuwait, Holanda, Noruega, Omán, Rusia, Suecia, Suiza, Turkmenistán, el Reino Unido y Uzbekistán.

Después de toda esta explicación acerca de los terremotos y su relación con el fracking solamente queda decir que el proyecto de investigación en la Comarca del Campo de Montiel y la Mancha en los municipios de Alhambra, El Ballestero, El Bonillo, Lezuza, Munera, Ossa de Montiel, Villarrobledo y Viveros para la investigación en busca de gas pizarra para su posterior explotación con la técnica de fractura hidráulica o fracking se debe de parar de inmediato ya que de lo contrario se estaría poniendo en peligro las vidas de la población que vive cercana a donde se pretende realizar la explotación e incluso de zonas más alejadas.

Plataforma del Campo de Montiel y La Mancha en contra de la fractura hidráulica.

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